miércoles, 18 de mayo de 2022

EL FIN DE LA DIVERSIÓN

Hubo un tiempo, que ahora nos parece remoto, en que muchas cosas se hacían por y para el placer de los sentidos. Encendías la televisión (el televisor, lo llamábamos) y veías a un tipo francés terriblemente hortera cantar "La Barbacoa". Te podía horripilar o te podía gustar, pero en cualquiera de los dos supuestos sabías que si escuchabas la canción estarías en un chiringuito de playa tomándote un gintonic, ajeno a los Grandes Problemas del Mundo. Ibas al cine y veías a un tal Sylvester Stallone pegando mamporros y matando personas sin ton ni son y con cara de zapato. Te podía horrorizar o te podía gustar, pero si te metías en el cine con tu bolsita de palomitas ya sabías lo que te iban a dar, y a odo el mundo le parecía natural. Le parecía BIEN.

Ya no es así en el 2022. Ya no puedes leer una novela de aventuras con piratas y princesas. La legitimación de los modelos heteropatriarcales y machistas es un pecado que NO debes cometer. No se te ocurra escuchar una canción entonada por un señor de Murcia con bigote . Uf, huele a fascismo. Solo nos admiten escuchar a cantantes de trap (traperos) que nos escupen lo machistas, egoistas y explotadores que somos como miembros de la humilde clase media española.

Ya no puedes disfrutar con las engoladas y cursis canciones de Eurovisión (guayominí, tuelf points). Ahora solo tienen cabida las que hablan de la deficiente seguridad social en Serbia, o de la LGTBIQR+fobia, o de cualquier causa solidaria o justiciera que te recuerde lo cabrón e insolidario que siempre has sido.

No sé desde cuando las novelas, las canciones, las pinturas, cualquier expresión artística, cualquier acción irrelevante, debe tener una coartada progre-solidaria para superar el filtro de los nuevos censores, guardianes de la moral buenista y woke que resulta finalmente más puritana que las viudas de misa diaria y pastelitos de nata los sábados.

La diversión ha desaparecido. Una cantante profesional hasta el hartazgo es acusada de estar pornificada por enseñar cacha y culo. Si Rafaela Carrá levantara la cabeza. Pero si tu madre guarda caldo en la nevera como para detener guerras, entonces la teta es teta buena. Si te pillan en un renuncio te sacan en televisión treinta años después de haberlo cometido. Pero si eres del bando correcto, cualquier error será jsutificable bajo la excusa de que "estás en pleno proceso de deconstrucción".

No sé cuando se torció todo la verdad. Pero esta sociedad, además de empezar a dar asco, se empieza a parecer a la de 1984. Con un ministerio de la Verdad y una neolengua.

Y lo peor... ya no hay cabida en ella para la diversión por la diversión. Dios,qué aburrimiento