domingo, 10 de marzo de 2013

La comunidad irreal

No hay nada como los nuevos medios sociales para que algunos de nosotros (los seres humanos) mostremos esos rasgos de estupidez que inevitablemente llevamos dentro, contiguos (a veces) a otras actitudes más elevadas.
Basta que ver la alegría con la que muchos famosos y artistillas se lanzan a contar todas sus opiniones por Twitter, para pocos meses después verse "obligados" a cerrar su cuenta al ver que la misma sirve en un 99% de casos para ser ridiculizados, parodiados o simplemente insultados de forma sistemática. ¿Qué esperaban? O mejor, ¿qué pensaban? Seguramente, creían, benditos, que la sociedad esta llena de personas inteligentes o por lo menos con cierto criterio. Y sí, claro,  esas personas existen, pero a poco que reflexionaran, llegarían a la conclusión de que quien pertenezca a ese selecto grupo no va a dedicar su tiempo a seguir la cuenta de twitter de nadie famoso. Los que lo hacen, claro, son esa amplia, amplíííísima panoplia de aburridos mentales que dedican buena parte de su actividad mental a meterse con otros o a ridiculizar y sacar punta cualquier comentario ajeno. Es decir, a ejercitar el estilo ibérico por antonomasia. Con una ventaja, lo que antes se hacía en la barra de un bar ahora gracias a la tecnología lo pueden lanzar al mundo virtual y ser leído y compartido por miles de personas. Y esos son los que conforman la "comunidad twitter" en un amplio porcentaje. Je. Je...
Por no hablar de facebook, instrumento que no puede dejar de ser utilizado por emisoras de radio y televisión para "pulsar" la opinión en tiempo real de sus teleoyentes. ¿De verdad piensan que son una muestra representativa de la sociedad aquellos que mientras ven un programa de televisión o radio conectan con su ordenador o tablet a facebook para dejar su comentario en la página de facebook de ese mismo programa??? ¿O son casos de tecnológicodependientes, de los que habría que fiarse lo justo?
Pero el fulgor de las "redes sociales", ese halo de que son lo más "in", en vez de lo más superficial, ese ansia de "estar a la última", puede con todo, incluso con el criterio de los escasos periodistas con criterio propio que se ven por los medios de este país...

Webs amigas
Las preguntas son el peligro

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